No pocas
congojas se han escuchado por parte de
los hombres y mujeres de este pueblo ante la noticia de la desaparición del árbol Manzanillo, planta silvestre común en las
costas bajas y desembocaduras de los ríos que
dio nombre a esta ciudad.
Hace Muchos
años la naturaleza le jugó una mala
pasada a los manzanilleros y según información
popular una tormenta arrancó el enraizado árbol ubicado en áreas del parque
Vallespín a iniciativa de Wilfredo Naranjo Gautier quien propuso su siembra
para conservar esta planta silvestre y
venenosa pero simbólica para la ciudad.
Manzanilleros, visitantes y turistas que llegaban al parque Vallespín escuchaban los lamentos de la ausencia de este árbol porque a pesar de
su peligrosidad, era más que un deseo que
creciera y se conservara como
otro trofeo de la historia de este
pueblo.
Hoy por capricho de la naturaleza la nostalgia de la ausencia del árbol Manzanillo en el parque Vallespín quedá atrás renace la planta que aunque llaman a tener precaución por sus efectos venenosos, no se puede negar el jubilo por el retoñar de este elemento identitario de la Perla del Guacanayabo.
Entradas
No estimo que el parque vallespín sea el lugar adecuado, como ningín otro parque de afluencia infantil, para la nueva siembra del simbólico ejemplar del manzanillo, uno de los más peligrosos del mundo. Debe guardarlo y exhibirlo una institución botánica, con todas las medidas que un parque no da. Mas cuando el Vallespín es visitado cada año por cienbtos de inocentes infantes que acuden a las ferias organizadas con frecuencia. Acompañados por sus padres o no, es un gran riesgo.
ResponderEliminar