La demolición parcial fue oportuna por el grave deterioro del muro a unos 10 metros de altura, y peligro inminente de caer sobre la acera por donde transitan miles de manzanilleros cada día.
Ubicado esquina opuesta a las oficinas de la empresa eléctrica, el antiguo edificio de viviendas, es uno menos de los que engalanaban el centro de la ciudad a unos 50 metros del parque Carlos Manuel de Céspedes.
Por ello las autoridades gubernamentales del municipio se dieron a la tarea de eliminar el peligro real que hasta este sábado estaba latente sobre la cabeza de hombres, mujeres y niños que por diversas causas transitan por el lugar.
Otros peligros similares aún persisten como el edificio Caimary, el otrora hotel Manzanillo, el Casablanca, el antiguo policlinico de la calle Martí, entre muchos otros que esperan su rescate o su inevitable demolición.
Hasta el momento se desconoce si este edificio de Masó y Mártires de Vietnam será restaurado.
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